lunes, 7 de octubre de 2013

EL MATADERO-MADRID: INNOVACIÓN EN GESTIÓN CULTURAL

Mucho ha cambiado en el antiguo barrio de Legazpi con la apertura  en 2007 de El Matadero-Madrid. Centro de creación contemporánea, un espacio cultural de amplio espectro que tiene como misión la promoción de la creación en todas sus formas y expresiones, con especial atención a las propuestas transversales, a mediante tres ejes de actuación: formación, producción y difusión. Ubicado en el antiguo matadero y mercado de Arganzuela, actualmente cuenta con 165.415 m 2 útiles y  más en proceso de remodelación, destinados a la actividad cultural en todas sus formas. Esto ha sido posible a partir de la hábil orquestación de los esfuerzos de un nutrido grupo de arquitectos y proyectistas que estructuraron en torno al conjunto de pabellones originales del matadero un teatro, cineteca, restaurantes, salas de lectura, ferias de diseño, salas de exposición, áreas para el descanso, la actividad física y las acciones creativas; además de los servicios complementarios para los visitantes. El conjunto se dispone armónicamente en un ambiente que por sí mismo favorece la pausa, la reflexión, la convivencia y, sobre todo, el intercambio entre distintas disciplinas e individuos.

Imposible destacar uno solo de sus espacios o funciones sin dejar de lado la experiencia de recorrer el conjunto. Cada quien encontrará en su visita el área y actividad de su preferencia, garantizado: un concierto en la nave de la Música, proyección de filmes en la Cineteca, teatro experimental en las Naves del Español, servicios de documentación y biblioteca en la Casa del Lector, unas copas en la Cantina o Café del Teatro, exposiciones de arte en la Nave 16, por sólo mencionar unas cuantos de los espacios disponibles como oferta permanente, además de la extensa cartelera temporal que se renueva casi mensualmente. Me parece que es justamente este espíritu de integración armónica del conjunto, continua innovación y sentido de la oportunidad, lo que le otorga su especial carácter a El Matadero-Madrid, una institución que como espacio de confluencia y diversidad, se inserta de manera muy exitosa en el horizonte de la nueva frontera interdisciplinaria.  


La administración de El Matadero-Madrid también responde a esta nueva frontera donde lo público y lo privado encuentran un terreno común ligado a la cooperación institucional destinada a promover la participación de la sociedad y, sobre todo, garantizar su pluralidad, independencia y viabilidad. Entidades privadas, asociaciones de creadores e instituciones públicas participan por igual: la Fundación Diseño Madrid, la Asociación de Diseñadores de Madrid (DIMAD), la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, la Asociación de Artistas Visuales de Madrid (AVAM), Red Bull España y el Ayuntamiento de Madrid a través de Intermediae. Me detengo un poco en éste último organismo en particular por sus méritos en la promoción de la producción de proyectos artísticos y de innovación social basados en la experimentación y el aprendizaje compartidos cuyos resultados y desarrollo tienen su morada en El Matadero-Madrid.


Residencias para músicos y artistas visuales, festivales de culturas subalternas, ferias de arte emergente, talleres de cine comunitario y de programación de videojuegos, bancos de semillas para huertos y un larguísimo etcétera, se llevan a cabo en y desde aquí. Además, la mayoría de las actividades y el ingreso son gratuitos, ¿qué más se puede pedir? No perdamos de vista este ejemplo modélico de gestión cultural en tiempos especialmente difíciles para el financiamiento de la cultura, tiempos que también demandan acciones originales y modelos no transitados para suplir estas carencias y satisfacer la demanda proveniente del público y los creadores. 


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