lunes, 30 de septiembre de 2013

MUSEOS MEMORIALES EN MÉXICO: ALGUNOS AVANCES


El concepto de museo tradicional como depósito y resguardo de objetos artísticos e históricos ha sido modificado en los últimos veinte años por el concepto del museo moderno o participativo, como un espacio depositario y generador de ideas. Pero ¿qué es exactamente un museo memorial? ¿Qué tipo de museo es? Como cualquier otro museo tiene como misión investigar, conservar y exhibir. Sin embargo su principal rasgo distintivo es que investiga, conserva y exhibe fuentes materiales o inmateriales relacionadas a hechos de la historia reciente que todavía vulneren el inconsciente colectivo de la comunidad.

Los museos memoriales pueden asociarse al Comité internacional para museos en memoria de víctimas de crímenes públicos ICMEMO creado en julio de 2001 por el Consejo Internacional de los Museos ICOM. Los museos memoriales o de conciencia son una especie relativamente nueva y hasta cierto punto, rara o incomprendida en el panorama cultural de principios de siglo XXI.

Hace tiempo escribí una entrada en este blog sobre los museos memoriales que tuvo por título  "Museos de conciencia: espacios para la memoria" donde comentaba acerca del discurso y contenidos de cuatro museos en los Estados Unidos: El Museo Nacional y Memorial del 11 de Septiembre (National September 11 Memorial and Museum) que aún no abre sus puertas, el Museo Nacional y Memorial de la Ciudad de Oklahoma (Oklahoma City National memorial & Museum), el Museo del Sexto Piso (Sixth Floor Museum) de Dallas, Texas y el Museo Nacional de los Derechos Civiles (National Civil Rights Museum) ubicado en el Motel Lorraine de Memphis, Tennessee.

Ahora con motivo de mi participación en la I Mesa Redonda del Consejo Académico del Museo Arocena sobre “Arte y Violencia”, revisité el tema de los museos memoriales, para encontrarme que en los últimos tres años ha habido algunos avances muy interesantes al respecto. Si bien continúa siendo una tarea pendiente en nuestro país, veo con gusto que México es parte de la Red Latinoamericana de Sitios de Conciencia a través del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, la Sociedad Civil las Abejas y el Centro de Investigaciones Históricas de los Movimientos Sociales.

Aún así, en la práctica, sólo conozco dos espacios de esta naturaleza en nuestro país y ambos se encuentran en la Ciudad de México: el primero, es el Museo de la Memoria y la Tolerancia que abrió sus puertas en 2010 como una iniciativa del sector privado. De acuerdo a su página web oficial, su misión es alertar sobre el peligro de la indiferencia, la discriminación y la violencia para crear responsabilidad, respeto y conciencia en cada individuo. El otro, un poco anterior en su fundación a aquél,  es el  Memorial del 68,  en el Centro Cultural Universitario UNAM de Tlatelolco, un esfuerzo importantísimo en la creación de memoriales sobre los acontecimientos traumáticos de nuestra historia reciente. 


La creación de espacios destinados a la memoria reciente es casi una excepción en nuestro país, considerando que éstos surgen con la finalidad de sanar heridas mediante el diálogo comunitario y la apertura. Lamentablemente la mayor parte de nuestros museos siguen rindiendo culto a la “historia de bronce”, dejando los temas sensibles a muestras temporales fuera del círculo de los museos nacionales. 

Imagen: Interior del Memorial del 68. UNAM 

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