martes, 28 de julio de 2009

DESDE OAXACA: PEPENADORES DEL ARTE

En el 2001, un pueblo de cien habitantes llamado Santa María Zoochixtepec en la sierra norte de Oaxaca decidió derribar a punta de machetazos el antiguo retablo barroco de su templo para después abandonarlo a su suerte a la intemperie. El pobre retablo novohispano podría haber terminado sus días quemado por los pobladores –como ellos mismos amenazaron- si no hubiera intervenido oportunamente el Instituto Nacional de Antropología que, con el consentimiento de la comunidad, se encargó de recoger los restos y llevarlos a un depósito seguro en la ciudad de Oaxaca.
Esta inverosímil historia me fue contada por la restauradora Fernanda Martínez Camacho del Centro INAH-Oaxaca, a quien tuve el gusto de conocer en mi más reciente visita a la capital del estado. En el taller que ella y sus colaboradores ocupan en el Centro Cultural Santo Domingo me comentó lo siguiente: “(éste) es un caso de destrucción de patrimonio por negligencia, por ignorancia. El retablo lo tiraron a la basura porque creían que ya no funcionaba y no hay cosa más errada.”
Sin embargo, la basura de unos se convertiría muy pronto en el tesoro de otros. A partir del 2005 el equipo de Fernanda armó el gran rompecabezas formado por más de dos mil piezas, todas ellas en pésimo estado de conservación. Cuál sería su sorpresa al descubrir que había partes suficientes para armar no uno sino tres retablos: el mayor o central, y otros dos laterales de menores dimensiones.
Hoy en día, los tres retablos han recuperado parte de su antiguo esplendor, por lo que es posible descifrar algo de su historia. Por ejemplo, en la predela del mayor se encontraron dos medallones, uno que señala la consagración del altar el día 3 de octubre de 1762. En el texto también es posible leer los nombres de las autoridades civiles y religiosas que encabezaron el acto como el alcalde Juan Pablo, los regidores Nicolás Pablo y Antonio Martín, y el cura Joseph Fernando de Alcázar, entre otros. Tal vez lo más increíble sea que también se consigna el nombre del artífice, el “maestro dorador” Antonio Ramires cuyo nombre se ha encontrado relacionado a otros retablos de la región. No cabía duda que la pepena estaba rindiendo excelentes frutos. Aún así todavía quedaba pendiente la cuestión de decidir el destino final de las obras. ¿Qué hacer si habían sido desechados por sus propios dueños? ¿Podría garantizarse su futuro si eran devueltos a su lugar de origen?
Es aquí que la Fundación Alfredo Harp Helú, conocida por sus acciones de mecenazgo y patrocinio de las artes y otras causas sociales en Oaxaca, hace su entrada. Coincidentemente la FAHH había emprendido el rescate de la antigua capilla del Rosario en el ex-convento de san Pablo de la capital oaxaqueña, un sitio que en el siglo XIX ya había sido despojado de todos sus retablos. Dicha capilla se consideró ideal para recibir al menos el retablo mayor de Santa María Zoochixtepec. Como nos explicó la restauradora “ellos tienen una capilla descontextualizada y yo tengo un retablo descontextualizado, además que cabía perfecto en ese espacio”. Fernanda también nos confirmó que la Fundación actualmente financia el 40% del costo de la restauración, en tanto que el INAH cubre el 60% restante.
La Fundación Alfredo Harp Helú tiene como objetivo fundar un centro de estudio de lenguas indígenas en el ex-convento de san Pablo. Fernanda se mostró bastante complacida con esta decisión, ya que “quienes van a estar ahí (son) las comunidades oaxaqueñas, y de repente van a voltear a ver que en sus iglesias tienen retablos como ése. Se van a sorprender y pensarán por qué tienen el de su comunidad en el abandono”. Mientras tanto, el destino de los otros dos retablos más pequeños podría ser el Museo de las Culturas en el mismo Centro Cultural Santo Domingo de Oaxaca.
Y finalmente ¿qué es lo que pasó con el templo de Santa María Zoochixtepec? Fernanda nos reveló que previo al desmantelamiento del retablo mayor, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) ya había entregado fondos a la comunidad para la renovación del inmueble. Aparentemente el INAH no tuvo ningún conocimiento de esta acción. Una vez que el pueblo se deshizo del “inservible” retablo histórico, destinaron parte del dinero a erigir otro, nuevecito y bien brillante, el cual, a juicio de la restauradora, no se equipara en lo absoluto a la calidad del original pero que, irónicamente, imita burdamente el estilo de aquél.
Todo este relato me pareció sintomático de la situación de aislamiento, marginación e ignorancia en la que se ven forzados a vivir muchos de nuestros pueblos al interior de la República Mexicana. En la experiencia de Fernanda, estas son poblaciones donde el concepto de identidad local se va diluyendo a favor de la visión del emigrante a los Estados Unidos quien, al regresar a su lugar de origen, se asimila bajo una nueva percepción de sí mismo la cual a veces tiene poco o nada que ver con el patrimonio cultural que construyeron sus antepasados.
Igualmente compartimos la constante frustración del profesional de la cultura, quien en muchas ocasiones tiene que lidiar con las contradicciones y constantes hoyos negros consecuencia de ser el mediador entre las comunidades, los organismos gubernamentales y las fundaciones privadas.
Fernanda, un poco resignada me confiesa: “A veces nos rasgamos las vestiduras con la pérdida del patrimonio, pero tenemos tanto en este país que a veces pienso que es un proceso natural”. Natural como la muerte misma, pensé yo, natural como la tendencia al caos ¿o no, colega pepenador?

FUENTE: Entrevista a Fernanda Martínez Camacho. Restauradora del Centro INAH Oaxaca. Oaxaca, Oaxaca. México. Julio 2009
IMAGEN: Retablos de Santa María Zoochixtepec. Detalle del taller de restauración en el Centro Cultural Santo Domingo de Oaxaca, Oaxaca.

martes, 14 de julio de 2009

LA FAMA VERSALLESCA DE JEFF KOONS Y MICHAEL JACKSON

Cuando el artista norteamericano Jeff Koons realizó en 1988 la perturbadora, pero atrayente escultura tamaño natural de Michael Jackson y su célebre chimpancé Bubbles, posiblemente no se imaginaba que tres años después ésta llegaría a venderse por 5.3 millones de dólares y que el Museo de Arte Moderno de San Francisco California (SFMOMA) los pagaría. Supongo que en ese entonces tampoco sospechaba que a la repentina muerte del Rey del Pop, esta bizarra escultura en porcelana blanca, dorada y policromada, se convertiría en un mórbido homenaje al cantante, un recordatorio insólitamente considerado de su deceso.
Jeff Koons también es autor de la célebre escultura Hanging heart, la cual superó con creces el precio de venta del Michael, tanto así que actualmente ostenta el récord de haber sido la más cara jamás vendida de su autoría, alcanzando un precio de 23 millones de dólares. Predeciblemente, ambas, Hanging heart y Michael and Bubbles, formaron parte de la selección de obra realizada con motivo de su más reciente exposición retrospectiva, la cual tuvo como sede el Palacio de Versalles. Que la nívea efigie en porcelana se mostrara en este antiguo escenario de la nobleza francesa fue una inesperada pero sugestiva coincidencia que otorgaría una nueva dimensión al término versallesco aplicado a las bellas –y a las no tan bellas- artes.
Pero la toma de Versalles por la chusma popular no era sino una lógica consecuencia de la controversial pero exitosa carrera de Jeff Koons, quien desde hace un buen tiempo había manejado su propia celebridad como todo una rockstar. Una celebridad no carente de altibajos publicitarios y acérrimas críticas a su trabajo por supuesto. Finalmente, sus contradicciones como figura pública no habían estado muy lejos de la extravagancia mostrada por el mismísimo Rey del Pop.
Volviendo a la escultura en cuestión, las tres piezas que forman parte de la edición limitada de Michael and Bubbles se encuentran en los Estados Unidos: una de ellas en colección privada -¿será la del propio Jackson?-, y las otras dos en acervos públicos, siendo éstos el del SFMOMA que ya mencionamos anteriormente, y el LACMA (Los Angeles County Museum). ¿El que ambos museos se encuentren en California, estado donde vivió y murió el cantante pop, podría ser sintomático? ¿Premonitorio, tal vez?
Pero el origen y destino de Michael and Bubbles van todavía más allá. La escultura forma parte de una serie a la que Jeff Koons nombró como Banality, en alusión a las cosas sin importancia que amenizan nuestra vida diaria, los intrascendentes hechos de lo cotidiano y la efímera condición de lo popular. Entre las esculturas de Banality encontramos incómodas cerámicas de ancianitos, imágenes de animales, niños y ositos de peluche, un busto de san Juan el Bautista al mejor estilo del pasaje Catedral y una Pantera Rosa erotizada, entre otros motivos. El dominador común de todas ellas podría ser que la vulgaridad y el mal gusto intrínsecos han sido llevados a una categoría diferente, convirtiéndose en perversos objetos de deseo, presencias atractivas y repelentes a la vez.
En el caso de Michael Jackson and Bubbles este efecto se ve exacerbado por su absurdo hiperrealismo. La postura relajada del cantante, infantilmente sentado sobre una cama de flores, su rostro sonriente pero al mismo tiempo vacío, su mascota en extremo humanizada, la vestimenta dorada de ambos y la blancura propia del material ironizan la lastimera condición del cantante a la vez que hacen clara referencia al mundo decadente, autocomplaciente y extravagante que lo rodeaba.
Esta escultura representa con gran eficacia la estética de lo horrible y el derecho irrefutable al kitsch. Al mismo tiempo ilustra elocuentemente el culto a la personalidad tanto del retratado como al artista que lo retrata. En una sola obra vemos la síntesis de dos enormes estrellas norteamericanas del pop, en la música y en las artes plásticas, quienes con sus productos y su poder de mercadeo, han conquistado al mundo. Los dos son agridulces protagonistas del canibalismo más violento en esta sociedad de consumo.

IMAGEN:
JEFF KOONS (Estados Unidos, 1955)
Michael Jackson and Bubbles, 1988
Porcelana
106.7 x 179.1 x 82.6 cm
Edición de tres y prueba de autor
©Jeff Koons
http://www.jeffkoons.com/site/index.html

REFERENCIAS:
The Broad Art Foundation. Santa Monica / LACMA. Broad Contemporary Art Museum
http://collectionsonline.lacma.org/mwebcgi/mweb.exe?request=record;id=151886;type=101 San Francisco Museum of Modern Art http://www.sfmoma.org/multimedia/interactive_features/74
Video en You Tube http://www.youtube.com/watch?v=1YbE0a-zz8I